Sí, ya sé que parece imposible, pero aquí estoy: a mi edad, metido entre cacerolas y sartenes.
Quién lo diría, ¿verdad?
Siempre dije que de la cocina lo único que me gustaba era rebañar las cacerolas...
¿Quién no ha metido la cuchara en los restos de la masa de las croquetas de mamá, o en la cacerola de las natillas? El que diga que no lo ha hecho o miente, o no ha tenido niñez.... o lo siento por él, porque se lo ha perdido.
Bueno, el caso es que, llegados a este momento, me veo impelido - en un principio más por necesidad que por placer- a empezar esta nueva actividad.
Pronto cumpliré cincuenta, así que bien puedo afirmar si no tanto lo de a la vejez, al menos sí que a estas alturas, ¿no creéis?
Vale, como sea que llevo ya un mes metido entre cacerolas y en parte el mito de la cocina va cayendo por sí solo, he decidido abrir este espacio en el que contar mis aventuras è desventuras - como diría Don Saulo y, por qué no, plasmar mi aprendizaje, mis éxitos si es que se dan y echar unas risas con mi torpeza, que de seguro nos dará buenos momentos y más de una carcajada.
Además he pensado que voy a colgar cada receta que cocine, porque buscarlas como hasta ahora entre los papeles de mi querida Rosa o en internet se me hace algo pesado.
Bueno, menos hablar y más laborar, que se me quema ya el bizcocho.
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