domingo, 28 de febrero de 2010

Pollo a la Andrea

A esto le llamamos 'pollo a la Andrea' porque así lo preparan en el bar de Andrea, a donde va nuestra amiga Paquita a ponerse ciega de vez en cuando.... al final es un pollo al horno con un mejunje de esos que están de muerte. Probadlo y ya me diréis si os gusta.

Ingredientes:

  • Ajo
  • perejil
  • oregano
  • cominos
  • pimienta
  • sal
  • aceite
  • zumo de 1 o 2 limones
  • vino blanco
y....
  • cuartos traseros de pollo.... o muslitos... o alitas... con piel.

Preparación:

Meter todos los ingredientes en la batidora y mezclar bien. (cuidado con la hernia....)

Poner el pollo en la bandeja del horno, rociar bien (Si son muslitos o alitas, los puedes sumergir si son cuartos traseros y puedes, usa una brocha... ) y meter en el horno bien caliente una hora y cuarto, más o menos, dándole la vuelta cuando se dore por la parte de arriba.

Como veis, se hace solo: necesitas 10 minutos para la salsa y 5 para untarlo, mientras se precalienta el horno. Después es cuestión de haber empezado con algo de tiempo, porque tardará algo más de una hora en dorarse bien. Como además se puede tomar frío, incluso de la nevera si me apuras, vale para hacer la comida de mañana, para reutilizar el calor del horno que usé para otra cosa, para ya que estamos dejo hecha la cena y mil cosas más. Socorrido, fácil, barato, rápido y rico-rico....


Vinos:
El pollo al horno combina muy bien con multitud de caldos.
  • Claretes: una elección muy acertada, ya que no todos los platos los admiten y esta puede ser una buena excusa para apretarnos, por ejemplo, un buen Cigales.
  • Tintos, al gusto del consumidor. Desde los más suaves hasta los más afrutados. Quizá para el pollo no sea conveniente elegir vinos demasiado fuertes (Toro, Cariñena...) pero como la salsa es bastante especiada, aún así entrarán bien sin llevarse todo por delante.
  • Cavas: un buen brut es una de mis elecciones preferidas para el pollo asado.
  • Cervezas: También entra muy requetebien con cervezas rubias tipo pilsen, de trigo o incluso - como el mejunje tiene personalidad - alguna de abadía que no sea demasiado dulce, como una Chimay Roja, por ejemplo.


Pure de zanahorias

Qué socorrido, qué fácil y qué rico... ayer preparé también un pure de zanahorias, para acompañar a lo largo de la semana. Se hace solo, mientras te ocupas de lo demás, así que es un buen complemento. Como quien dice, sólo hay que pelar las zanahorias.

Ingredientes:
  • 1 kg zanahorias
  • 1 cebolleta
  • Sal
  • Aceite de Oliva
Necesitas:
  • 1 cacerola
  • tabla
  • cuchillo
  • batidora
Preparación:

Pelar bien las zanahorias (esto es lo más gordo) y cortarlas en trozos medianos.
Cortar la cebolleta también de cualquier forma (luego le vas a meter batidora a todo... no te esfuerces). Poner en una cacerola con sal, y añadir agua hasta casi cubrirlo todo.

Cuando rompa a hervir, lo tapas y lo dejas a fuego lento hasta que la zanahoria esté blandita. Comprúebalo con el tenedor: pinchas y cuando la atraviese sin dificultad, es que ya está.

Apagas el fuego y le echas un chorrito de aceite de oliva virgen y lo trituras con la batidora. Mejor quedarse corto que largo... siempre podrás echar más aceite o más sal cuando termines de batirlo.

Respecto a la batidora, va en gustos. Yo prefiero dejarlo un poquito gordo. Que se noten algunos grumos.

Variantes:

Imagínate... si no has hecho casi nada... hay mil variantes. Yo he probado éstas, pero habrá cien más.

Sofrito: En lugar de echar aceite en crudo, preparas un sofrito con 1 diente de ajo y cuando esté dorado lo echas a las zanahorias, antes de triturarlo todo.

Patatas: Hay quien le echa también una patata pequeñita, para que espese... pero le quita un poco el sabor dulce a la zanahoria.

Seguro que sabéis más cosas que ponerle. Espero vuestras ideas y experiencias.


Potaje de bacalao con espinacas

Genuino potaje de cuaresma, de garbanzos, bacalao y espinacas, con huevo duro. La receta es para 6 personas, y recordad que yo uso olla superrápida. Si lo haces en perolón a fuego lento, los 25 minutos que se las pasan hirviendo el bacalao y los garbanzos tendrán que ser más de una hora, y el punto se lo coges tú cuando los garbanzos estén en su punto.


Ingredientes


  • 1/2 kg de garbanzos
  • 1 kg de espinacas
  • 400 grs de migas de bacalao en salazón
  • 1/2 cabeza +1 diente de ajo
  • 1 cebolla grande
  • 1/4 kg Tomate triturado
  • 1 hoja de laurel
  • 1 cucharadita de pimenton
  • 1 cucharada sopera de harina
  • 2 huevos cocidos
Necesitas:

  • Olla express superrápida
  • Tabla
  • Cuchillo
  • Espumadera
  • Sartén guisera más bien profunda
  • Cacerola o cazo pequeños.
  • Batidora

Preparación:

Poner los garbanzos en remojo el dia anterior.
Si compras las espinacas en bolsa, limpias, quítale los rabos más gordos.

Introduce en la olla express los garbanzos, media cebolla pelada, media cabeza de ajos, una hoja de laurel y cúbrelo todo con agua caliente. Ponlo a fuego alto sin cerrar la olla. Lava bien el bacalao y déjalo en remojo un rato, mientras se hacen los garbanzos. Cuando rompa a hervir el agua, le quitas la espuma y le añades el bacalao bien escurrido. Ahora cierras la olla y cuando empiece a pitar lo pones a fuego lento y lo dejas hervir otro cuarto de hora.
Mientras tanto, prepara el sofrito: en una sartén guisera, cubre el fondo con aceite. Cuando se caliente agrega el diente de ajo y media cebolla muy picados. Espera a que se dore un poco y le añades el tomate triturado. Cuando haya perdido una parte del agua (unos cinco minutos) le echas una cucharada sopera casi rasa de harina, lo mueves bien, le añades la cucharadita de pimentón, lo mueves bien y lo retiras del fuego.
A todo esto, habrá pasado el cuarto de hora del bacalao y los garbanzos. Cuando suceda, lo retiras del fuego y lo dejas otros diez minutos mientras se despresiona él solito antes de abrir la olla.
Quitas los ajos, la cebolla y el laurel. Sácale también poco más de medio vaso de caldo y se lo echas al sofrito. Echa las espinacas a la olla poco a poco, porque ocupan mucho, pero en cuanto que se mojan merman y ya caben más. Déjalas hervir con el bacalao y los garbanzos sin cerrar la olla.
Entretanto, tritura el sofrito con el caldo. Para cuando termines ya estarán las espinacas, así que vierte el sofrito hecho puré a la olla y remuévelo todo bien.

Es el momento de probarlo y corregir de sal. Fíjate que no hemos echado sal en todo el rato... la aporta el bacalao. Déjalo otros cinco o siete minutos hirviendo a fuego lento.

Deja reposar el guiso un buen rato, estará más rico.

A mí me gusta añadirle huevo duro picado: mete los dos huevos (de gallina...) en una cacerola con agua y sal y ponlos a hervir unos 7 minutos. Cuando estén duros los pelas, los picas y los añades a la olla.

Te interesa conocer este truco para pelar huevos duros

Vinos:
Para acompañar este plato, os recomiendo sin duda vino tinto. Como siempre que hay un pescado por medio, elegid un vino que no sea demasiado dulce (olvidáos de los riojas) y que tenga un buen cuerpo. Un buen cariñena, somontano o vino de toro serán ideales. Yo lo voy a combinar con un vino de alentejo que me traje del último viaje a Portugal: Cartuxa. Un tinto de Évora, crianza del 2006 que ha estado doce meses en barrica y ocho en garrafa.

jueves, 25 de febrero de 2010

Marmitako de Bonito

Además del bizcocho, la semana pasada me lié la manta a la cabeza y me decidí a hacer un marmitako de bonito. Las medidas son para 6 personas (sí, ya sé, pero es que prefiero hacer para 2 veces, jejeeee), y la receta es, como casi todas - por no decir todas - de Toti. (¡Gracias, reina!)


Ingredientes :

  • 800 grs de Bonito
  • 1 Kg de patatas
  • 3 pimientos verdes grandecitos
  • 3 cebollas
  • 1/2 pimiento rojo
  • 2 cucharaditas de carne de pimiento choricero
  • 3 tomates pelados y sin pepitas o 1/2 kg de tomate triturado
  • 1 litro de caldo de pescado
  • 1/2 vaso de vino blanco
  • Cayena
  • Sal, pimienta
  • Aceite

Para el caldo:
  • 1,25 litros de agua
  • espinas o restos de pescado.
  • sal
  • 1 hoja de laurel


Necesitas:
Un perolón de aúpa y una cazuela para hacer el caldo. Tabla, un cuchillo bien afilado, un colador grande y cuchara de palo para remover.


En la compra:
El bonito, que te lo corten en tacos medianos.
Reserva la espina para el caldo. Necesitarás más. Yo siempre guardo las cabezas de las merluzas ejem... pescadillas... y las espinas en un tupper en el congelador. Para estos casos me vienen de perlas.
La carne de pimiento choricero la venden en frascos de cristal pequeños, pero si no la encuentras tendrás que hidratar un par de pimientos choriceros y raspar la pulpa separándola de la piel.

Preparación del caldo:
En una cazuela viertes 1,25 lts. de agua, un puñadito de sal, 1 hoja grande o dos pequeñas de laurel y las espinas. En este caso, le eché la espina y las sobras del bonito y dos cabezas de pescadillas que tenía congeladas. Tal cual, sin descongelar ni ná... cuando lleve hirviendo un rato y veas que huiele bien, es que ya está. Esto es de lo más simplísimo. Eso sí, revisa por si se ha evaporado demasiada agua...

Preparación:
Limpia bien el bonito. Yo le quito todas esas partes oscuras que saben tan fuerte... y las uso para hacer el caldo.

Pon en marcha el caldo de pescado, como se indica más arriba.

Cuando el caldo empiece a tener buena pinta, cubre el fondo del perolón de aceite de oliva. Pica las cebollas y los pimientos en juliana y sofríe hasta que se doren.
Mientras tanto, corta las patatas en trozos medianos. Truco: recuerda que si al final de cada corte terminas de romper la patata rasgándola, conseguirás que se ligue mejor la salsa.
Cuando la cebolla esté bien dorada, echa las patatas, corrige de sal y échale la pimienta, un par de cayenitas pequeñas (yo solo tenía en polvo, así que a ojo... no quedó tan rica, pero valió).
Vierte ahora el caldo usando un colador y añádele medio vaso de vino blanco. Respecto a esto, es mejor un vino blanco seco (albariño). Yo no tenía ninguna botella abierta, y opté por echarle un vaso de cava (brut seco). Y estaba bueno también. Imagino que si con sidra natural también estará bien...

Ahora tienes que dejarlo cocer, removiendo de cuando en cuando, hasta que las patatas estén casi hechas (las pinchas y aunque las notes aún algo durillas el tenedor entre bien). No importa que remuevas un poquillo de más... si se rompen algunas patatas ligarás más la salsa...
En este momento, échale el tomate y el pimiento choricero, muévelo bien y déjalo que siga hasta que las patatas estén en su punto.

Entonces le echas el bonito, lo cubres bien con la salsa y las patatas, lo retiras del fuego y lo dejas reposar unos 5 minutos. Ten en cuenta que el bonito se hace en un momento, y si lo dejas demasiado ahí se quedará seco.


Vinos:
Para este plato yo optaría por una sidra natural. En su ausencia, un Albariño va bien, o un blanc de blancs. Con cava está muy bueno (recordad, siempre brut seco, a ser posible natural...). Pero no perdáis de vista los tintos: este plato, aún siendo de pescado, los acepta muy bien. Eso sí, un tinto que no sea dulce (salvo excepciones desechad los riojas...). Yo apostaría por un Ribera del Guadiana, de los de la tierra de Juanjo. Los hay baratos y ricos (Los habrá mucho mejores, pero yo os recomendaría un Corte Real o así, por más o menos 5€ ) o un Monsant (estos un poco más caros, sólo he probado el Fra Guerau 7€ el crianza, pero tengo muchas ganas de probar otros)

Bueno, que espero que os guste y no se me haya olvidado nada, porque han pasado varios días ya....

lunes, 22 de febrero de 2010

Espaguetis boloñesa

O sea, espaguetis con tomate y carne picada... que en Bolonia seguro que los hacen de otra forma. Yo también los llamo espaguetis a la removida. Ya verás por qué.

La carne picada la compro cien por cien de ternera. Hay gente que prefiere una cuarta parte de cerdo... yo paso.

Imagino que con tomates pelados, despepitados (el despiporre, esta palabrita...) y sutilmente machacados en el mortero saldrán mejor, pero yo les echo tomate triturado (ecológico, eso sí, ¿eh?) y me salen tan güenos. Claro, que hay que tener en cuenta que si la cosa se tuerce, pues nada... a echar orégano como un descosido.

Cuidadín con la sal, especialmente en la salsa, porque tiene mala solución. Si te pasas de sal en los espaguetis, aún puedes lavarlos...

Generalmente compro espaguetis de colores... quiero decir a las 7 verduras, que así se venden más caros.

Bueno, al turrón: necesitas poco más de media hora para todo.

Primero sácalo todo y espárcelo por todas las encimeras que tengas. Así te estorbará más, pero lo tendrás más a mano y parecerá que estás haciendo un guiso del copón, como hago yo.


Ingredientes:
  • 600 grs. carne picada
  • 1 Kg. tomate natural triturado
  • 1 cebolla
  • aceite de oliva
  • 350 grs. espaguetis
Utensilios:
  • Sartén guisera
  • Cacerola grande
Preparación de los espaguetis:

En una cacerola grande, calentar mucha agua (cuanta más mejor, pero deja un margen por lo de las salpicaduras cuando hierve...) con sal (un güen puñao) y un chorro de aceite de oliva. Cuando rompa a hervir, echas los espaguetis. Para que se cuelen bien sin romperse, apoya la parte de abajo en el centro y extiéndelos en abanico, apoyándolos alrededor del borde de la cazuela, de forma que al ablandarse por debajo se cuelen ellos solitos en la cacerola. A pesar de todo, cuando ya están blanditos hay que moverlos para que se coloquen todos bien. Luego no los toques que la fastidias.
Dejar hervir a fuego medio-alto entre 5 a 8 minutos (lo pone en la etiqueta, lee...) Después, escúrrelos en un colador grande.

Preparación de la salsa boloñesa:

En la otra cacerola ( o una sartén guisera... ) cubrir el fondo con aceite, picar una cebolla y cuando se caliente el aceite la echas (entre lágrimas). Remueve de vez en cuando mientras salpimentas la carne picada: échale sal, pimienta, orégano y lo que se te ocurra (tomillo o romero van bien, pero creo que la peña le echa de todo: huevo, queso rallado, hasta la suegra si se deja).
Cuando la cebolla se dore, echa la carne y remuévela bien. Es el momento de dar rienda suelta a esas manías que todos tenemos y dedicarse a separar los pegotes de carne con la punta de la espumadera, en plan obsesivo-compulsivo hasta dejarlo todo hecho picadillo. Cuando te aburras de desmenuzarla, déjala cocer en paz, pero regresa de vez en cuando para removerla, no vaya a ser que se te pegue en el fondo. Baja el fuego a medio gas. Sigue removiendo... ya, te jorobas.... no se puede ni ver un partido tranquilo en esta casa... de vez en cuando hasta que se consuma ese agüilla marrón de aspecto sospechoso que va soltando la carne.

Cuando quede muy poca agua, echa el tomate triturado. Corrígelo de sal (a ojo, como media cucharada sopera o algo más) y échale una cucharadita de azúcar. Remuévelo bien y deja que se consuma casi todo el agua (no todo, que luego 'chupa'). Esto te llevará los últimos 10 minutos o algo más, y... sí. Removiendo de vez en cuando.

Para servirlos ralla un poco de queso o compra queso rallado.... o sea, corteza de quesos rancios rallados. Como prefieras. Yo prefiero rallar algo de manchego mil veces antes que esparcir por mi plato esas ralladuras sospechosas de cortezas de parmesano.

Como todos los espaguetis, se comen dándoles vueltas con el tenedor sobre el centro de la cuchara... y como todo lo que lleva salsa de tomate, con babero hasta las cejas... y aún así siempre hay alguien que pilla.

Buen provecho, familia!

domingo, 21 de febrero de 2010

Bizcocho de yogur

Ingredientes:

  • 3 huevos
  • 1 yogur natural
  • 2 medidas de yogur de azucar
  • 3 medidas de yogur de harina
  • 1/2 medida de yogur de aceite de oliva
  • 1 sobre de levadura
  • margarina o mantequilla (para el molde)
  • otro poco de harina (para el molde)

Necesitas:

  • 1 molde rectangular
  • Batidora
  • Horno

Preparación:

En un recipiente echas los huevos, el yogur, el azúcar, el aceite, la harina y el sobre de levadura, por este orden. Mezcla un poco la levadura con la harina.

Mezclar bien con la batidora, hasta que resulte una masa homogénea ( o sea, sin grumos). Cuidadín, en las paredes se empeñan en pegarse kilos y kilos de harina, asegúrate de que los despegas todos.

Ve poniendo el horno a precalentar: deja solo la rejilla, más bien abajo. Pon el horno en a todo gas, y le pones la alarma en 10 minutos.

Después, así, con los dedazos, en plan Rambo, untas al molde con la margarina (si sólo tienes mantequilla va bien, pero se unta peor... sácala antes de la nevera), cuidando de que los bordes y las esquinas queden bien pringados con una película amarillenta y grasienta. Después le echas un puñadito - pequeñín, verás que con poco sobra - de harina, y lo mueves por todo el molde hasta que no quede mantequilla a la vista y todo esté más blanco que el bernabéu en un día de nieve.

Cuando veas que ya está, vacía el sobrante de harina en el fregadero (te lo dije: con un poco sobra...) dándole unos golpecillos al molde, y echa la masa. Hazlo despacio, no sea que asustes a la pasta de mantequilla y harina y acabes pegando el bizcocho al molde.

Después viene lo más hot: cambia el horno al modo sólo abajo. Abres el horno, cuidado con las manos chaval, metes el molde en el centro, lo cierras y otros 35 minutos a 180 grados.

Mi madre y mi mujer dicen que lo mejor es pincharlo al final y si la aguja entra y sale limpia, es que está bien hecho. Si sale pegajosa, es que hay que dejarle más tiempo. Si sale negra y llena de carbón, es que lo has quemado.

Espera a que se enfríe para sacarlo del molde. Entonces lo cubres con azucar glacèe (en francaise, como diría voltaire) o azucar rallada, que es lo mismo pero en cristiano. Lo que mola de si es glacèe es que lo has comprado así en la tienda, y si es azúcar rallada le has tenido que meter batidora a saco a un par de cucharaditas de azúcar, manchado otro vaso, etc.

Como es un bizcocho y no un filetón de vaca, puedes echarle un montón de cosas ricas-ricas.

Opciones que no vienen de serie:

Nueces: (Peladas, brutoooo!!) Pero además en trocitos pequeños. Cuanto más pequeños, mejor, porque son muy sociables y tienden a montar una fiesta en el fondo del bizcocho, todas apelotonadas.

Ralladura de limón o de naranja (la mandarina también es naranja, ¿eh?): Ralla solamente la cáscara, en trocitos muy pequeños. O sea, con el rallador del queso. Te vas a jartar de rallar y no vale echar trozos de uña. Pero está bueno, aunque hay que echar bastante. Más o menos, una naranja de las gordas o un limón enteritos. Si son mandarinas, con dos casi que ni tienes bastante...

Otra cosa que mola es comprar en el carriful pepitas de chocolate y echárselas por encima cuando lo saques del molde.

Que sí, que ya lo sé, que habrá mil cosas más... pero para eso están los comentarios, ¿no? venga, estiráos y poned vuestros trucos.

Mira, mamá, ahora soy un cocinillas

Sí, ya sé que parece imposible, pero aquí estoy: a mi edad, metido entre cacerolas y sartenes.
Quién lo diría, ¿verdad?
Siempre dije que de la cocina lo único que me gustaba era rebañar las cacerolas...
¿Quién no ha metido la cuchara en los restos de la masa de las croquetas de mamá, o en la cacerola de las natillas? El que diga que no lo ha hecho o miente, o no ha tenido niñez.... o lo siento por él, porque se lo ha perdido.

Bueno, el caso es que, llegados a este momento, me veo impelido - en un principio más por necesidad que por placer- a empezar esta nueva actividad.

Pronto cumpliré cincuenta, así que bien puedo afirmar si no tanto lo de a la vejez, al menos sí que a estas alturas, ¿no creéis?

Vale, como sea que llevo ya un mes metido entre cacerolas y en parte el mito de la cocina va cayendo por sí solo, he decidido abrir este espacio en el que contar mis aventuras è desventuras - como diría Don Saulo y, por qué no, plasmar mi aprendizaje, mis éxitos si es que se dan y echar unas risas con mi torpeza, que de seguro nos dará buenos momentos y más de una carcajada.

Además he pensado que voy a colgar cada receta que cocine, porque buscarlas como hasta ahora entre los papeles de mi querida Rosa o en internet se me hace algo pesado.

Bueno, menos hablar y más laborar, que se me quema ya el bizcocho.