jueves, 12 de agosto de 2010

Gazpacho suave

Ingredientes
  • 2 kl. De tomates pera o rama (rojitos y carnosos)
  • 1 pepino grande
  • ½ cebolla o 1 pequeña
  • ½ pimiento rojo
  • 1 pimiento verde
  • 1 trozo de pan del día anterior
  • Aceite virgen de oliva
  • Sal y vinagre de vino tinto

Preparación


Lavar los tomates. Pelar el pepino y la cebolla. Quitar las semillas a los pimientos y lavar. Trocear los tomates, la cebolla, el pepino y los pimientos.
Meter poco a poco los ingredientes troceados en el vaso de la batidora (preferentemente en batidora americana ya que tiene mayor capacidad y es más cómoda, aunque si no se dispone de ésta también es válida la convencional “minipimer”). Batir hasta dejar una sopa homogénea.
Una vez batidos todos los ingredientes, echar la sopa poco a poco en el pasapurés para eliminar la piel y las simientes de los tomates y pimientos, consiguiendo una sopa de tacto más fino. Existen pasapurés eléctricos, son muy prácticos y cómodos ya que ahorran tiempo en la realización del gazpacho.
Batir el pan con un poquito de agua (la cantidad de agua depende de la carnosidad de los tomates y por lo tanto de la espesura de la sopa). Añadir.
Por último echar el aceite, la sal y el vinagre: en un vaso de vino, echar medio dedo (1 cm.) de vinagre tinto, una cucharadita de sal y rellenar con aceite de oliva virgen. Mezclarlo bien en el mismo vaso y echarlo en la olla.
Con la minipimer, mezclar muy bien todos los ingredientes, buscando encontrar una textura tamizada pero no completamente líquida.
Tapar y meter en el frigorífico. Servir frío o muy frío.


Notas

Me encanta el gazpacho. Yo le llamo “zumo de vitaminas”, y en verano nunca falta en mi nevera. Prácticamente todas las semanas hago un perolón que indefectiblemente se acaba antes del viernes siguiente. Las cantidades que os pongo son, por lo tanto, para hacer una buena perola, así que haceos con una buena olla.

Observarás que no incluyo ni ajo ni cominos ni ninguna otra especia entre los ingredientes.

Si vas a hacer un gazpacho con la idea de que dure varios días, éste tiene que ser suave. El ajo, los cominos, etc., van soltando su esencia a lo largo de las horas, y al segundo o tercer día no hay quien lo tome de lo fuerte que está. Además, para mi gusto no hacen sino robarle el sabor al resto de los ingredientes. Un buen gazpacho, tal y como a mí me gusta, debe combinar a la perfección el sabor de todas las hortalizas, sin que ninguna prepondere demasiado sobre las demás. El aroma de los tomates, la frescura del pepino, el toque dulce del pimiento rojo, el regusto floral del pimiento verde, la dulzura de la cebolla, el toque almibarado del aceite de oliva virgen o el picor lejano del vinagre deben poderse identificar en el paladar a cada sorbo. Un gazpacho con ajo o especias sólo brillará el primer día. Después perderá su riqueza cromática.

El arte del gazpacho consiste en saber combinar los sabores y las texturas, compensando sobre la marcha en función del estado particular de las hortalizas que estás añadiendo.

Si los tomates son poco carnosos, suelo añadir algo más de pan y algo más de pimiento rojo, compensando con menos cebolla. Si están algo verdes, pongo menos pimiento verde y más cebolla y pimiento rojo. Con el aceite sucede igual. No es lo mismo incluir el toque personal y afrutado de una picual que el suave de una hojiblanca o el aroma de una arbequina. Todo debe estar al servicio de un sabor equilibrado y rico en matices.

Respecto a la textura, la clave está sin duda en usar el pasapurés. Pero también se compensa con la cantidad de pan y el último toque – fundamental – con la batidora.

Yo tengo un pasapurés eléctrico. Intentaré colgaros una foto de este magnífico utensilio. El mío es antiguo y no sé si lo siguen fabricando. Es de Ufesa y se llama Passi. Me costó cuatro perras hace años, y junto a la batidora de vaso se ha convertido en la clave para poder preparar una buena cantidad en poco tiempo (generalmente, en los 45 minutos que dura la carrera de motos de 125…).

Mi madre es andaluza, y en casa siempre se ha tomado mucho gazpacho. Pero esta forma de hacerlo y de entender el gazpacho suave se la debo a Toti, que es la que me enseñó a hacerlo y la que siempre me ha animado con sus comentarios. Porque al gazpacho, como os he intentado trasmitir antes, hay que irle cogiendo “el puntito”. Gracias, cariño.